jueves, 7 de febrero de 2013

Ven acá

Ven acá, no dejes el lecho aún
el tálamo nupcial que hice con mis ojos
mis manos y mis fuerzas disímiles.
Suelo caracterizarme
por mis ensueños y caprichos.
Imaginé mil veces verte así, difusa
delgada y contraída, entornada hacia mí,
limando con mis manos tu espalda de cristal.
Más me mantuve sólo hasta que me soñaste
y en un sueño de dos grande es la realidad.
Mantén siempre tus brazos en mi cuello:
así pernoctaremos el resto de la vida.

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