que buscara un cuerpo
para ataviarse en carne
y sentir pulular entre pelucas
la sordidez ingénita del unigénito humano,
así viene la noche, hendida de artificios
ascendiendo a los cielos como lo hace un dios:
desdevanándose en las velas rotas del velero:
llevando la unción del espanto que no pasa de largo.
Como una hoguera hundida en su mismo estupor,
como un rebaño de ovejas despobladas e histéricas
que miran al dolor que les inflige un látigo de llama
y quieren responder, con hocicos y uñas, como los
cerdos y los tigres: con mordiscos que arranquen miembros
y lleven a privaciones y mutilaciones:
La noche engreída, apática, no cordial, fluyente espejo,donde las ciudades se miran reflejadas y se constriñen
y la desesperación de los insomnes hacen que estruje a la
mandrágora y la asperje sobre sí en siniestro bautismo:
¡ Cuánto dolor contenido en los enejenados sobre los que cae¡
¡ Cuánta esquirla disminada desde los nidos de la luna
que utiliza la metralla para degradar y degradarse ¡
Lentos olores de muerte entre los adefesios e insensatos:
La noche viene con sus espuelas a perforar sienes y abanicos
y la opulencia del maquiavélico que vive siempre conspirando:
¡ Qué asco de nubes de negrura sobre la tierra inespecificada !
Duermen los hombres y los duendes, y los perros pulgosos.
Duerme María dentro del cadáver en que fue sacrificada
en el murciélago errante, en la cadavera rota
la noche retumba y truena, con inmorales artificios.
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