Entre corredores de nubes te veo
cubierta por la luz de las luciérnagas.
Tu frente está llena de calma
tus ojos son lumbres que rebosan.
Vienes a mí vestida de río
y me arrastra tu mirar de catarata.
Caminas sobre rosas abnegadas
dejando a un lado los anonimatos.
Pasas por dentro de mí y giras
y te llevarías mi alma si me quedara.
En mi ser permaneces y maduras
y me tomas como una madrugada.
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