Dulzura mía:
Para ti enarbolo
un canto, de mañana.
Levanto una bandera
de paz
sobre nuestras cabezas.
Saludo a los hombres
que ya no me saludan.
Por ti he dejado
guerras y cañones.
Mi arma de mercenario
y mi trabajo oscuro.
Para vivir contigo
cada primavera
y abrazarte
cuando el invierno
quiera consumirnos
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