sobre los bordes verdes
del camino.
El vergel se descuece
al magno paso de lo pálido:
Yo concurro aquí, en esta hora
que horada a la peña y desafía
a la fuente en que salpica tus pasos
mientras el sol te devora la nuca
con besos paladinos
que quieren llevarte hasta su pecho
que él no conoce es de sinsaberes
al lado del bronceado pecho mío
que te brinda placeres!
Sin la argucia picante del segundo
que, prístino agoniza
mientras el cielo a sí se estratificay te enarbolo quimera
a la que debo andar por esta tierra
sin concepción de santo
y exento de sembrarte de mis males
mientras amores y deseos canto
con el embrujo de manos inguinales
que buscan explayarse
por ti y tus sinuosas partes
al pie de la colina / en mansedumbre /
lejos del ulular de muchedumbres
y acoger tus manglares
llenos de arrecifes, himnos y prodigios
mientras mi boca invoca, la concepción celeste de tu boca !
y te declaro mía:
mi contricción, mi gusto, mi agonía !
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