muros desolados entre raíces gélidas.
El precipicio abajo, entre las neblinas,
piedras borradas por la cólera del tiempo:
Lo caído es subterráneo, se envuelve en un submundo:
Todo termina por extraviarse entre enigmas.
La pirámide, el terraplen, el residuo zodiacal
dieron su último alarido en exterminio postrero.
Voces mudas nacían, ¿ desde cuándo, desde dónde ?
y sólo eran oídas por las marejadas del inframundo.
La sal era sepelio propuesto entre los fosfatos
para un pueblo bárbaro que moría en desvanecimiento:
Las alas de la visión subieron a mis ojos y me sembraron prúrito:
Cosas mismas desarraigadas en el lugar en donde se empalaba al lagarto.
Con frío ignominioso, como sentencia de fusilamiento
fuí a las cuevas mismas al pie de los ocasos
para convencerme que los tiempos estaban desvanecidosy que los falsos dioses murieron al margen del relámpago.
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